martes, 21 de octubre de 2008

AMÉRICA, de Franz Kafka


La ficho porque ha pasado por mis manos (poco, la verdad), pero he leído sólo una mínima parte de esta novela que cogí con interés. Y no empieza mal: la llegada de un chaval de 16 años a Nueva York, con su primera visión de la Estatua de la Libertad y de los rascacielos al fondo (bueno, los que hubiera en 1912, pero que a él ya le llamaban la atención). La cosa prometía. Y sobre todo cuando, después de una accidentada y bastante angustiosa llegada a la ciudad, parece que las cosas se le arreglan y nos da una visión increíblemente próxima y actual de Nueva York. Me ha impactado cuando dice que le llama la atención de la ciudad el constante ruido que la envuelve (cierto) y sobre todo la maravillosa luz que tiene. Dice que es algo como si rompieran una inmensa lámina de cristal sobre la ciudad, y al hacerse añicos lanzara rayos de luz en todas direcciones. Y la verdad es que es una descripción muy acertada.
Hasta ahí, todo iba bien. Pero luego Kafka empieza a ponerse Kafka, al personaje se le empiezan a complicar las cosas de la manera más absurda, y a mí me iban entrando todas las angustias de la vida. Bien, Kafka, misión cumplida. Pero no me apeteció seguir leyendo ese descenso a los infiernos. Y al final se acabó el plazo de la biblioteca y la he devuelto sin haber alcanzado, creo yo, ni un tercio de su extensión. Eso que se ha llevado "La ciociara", la gran beneficiada de este abandono.
Ah, y otra vez he pillado una muy mala traducción. Me influye horrores que los libros no estén bien traducidos, y eso sin duda también ha contribuido a las pocas ganas que me daban de coger la novela. En fin, intento fallido. Me quedo con la imagen del cristal sobre Nueva York y sigo buscando cosas más interesantes. Que hay muchas.

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