viernes, 29 de agosto de 2008

LOS EUROPEOS, de Henry James


Dos hermanos, un chico y una chica, pertenecientes a la nobleza europea, se trasladan a Boston con el fin de visitar a sus familiares americanos, a los que no conocen. El propósito de Henry James, al parecer, era confrontar dos modos de vida en aquella época muy dispares, y algo de eso consigue, pero de una manera muy restringida. Los hermanos se quedan a vivir en una casita dentro del jardín de la mansión de su familia, y allí entablan diversas relaciones más o menos amorosas con el resto de personajes. Toda la novela se desarrolla en este mismo espacio, por lo cual no vemos nada de Boston ni de ningún otro lugar. Tampoco queda claro de dónde vienen los hermanos (podría ser Francia o Alemania), así es que la esperada comparación no llega a establecerse más que mínimamente. En resumen, los europeos resultan ser mucho más alegres, frívolos y quizás corruptos, mientras que los americanos (claro, los puritanos bostonianos) tienen un código moral y social muy rígido que les hace ver la alegría como una cualidad sospechosa.


Básicamente, esto es todo. Apenas hay acción, el espacio es la casa, y el tiempo unos pocos meses. Todo muy concentrado. Y mucha atención a sutilísimos detalles psicológicos y sociales que a mí se me escapaban. Creo que, además, he leído una mala traducción, que dificultaba la lectura. Había muchos párrafos que he tenido que leerlos varias veces, para al final quedarme con la impresión de que no lo había entendido bien.


En resumen, se puede leer, pero me esperaba más. Quería saber algo más de Boston justo en el momento en el que yo estaba allí, pero sólo me he encontrado con una deslavazada historia de amor y con muchos prejuicios sociales y morales que no he comprendido del todo.

jueves, 14 de agosto de 2008

LA EDAD DE LA INOCENCIA, de Edith Wharton



Nueva York, a finales del siglo XIX, era un pueblo. Al menos por lo que respecta a la reducidísima clase alta. Incapaces de dar un paso sin ver o ser vistos, impensable el hecho de no actuar siempre de cara a un escaso pero estrechísimo círculo que no perdona ni la más leve disidencia de sus rígidas normas. El marco perfecto para un amor imposible. Newland Archer, prometido con la bella May, prototipo de todas las perfecciones que su clase y condición le exigen, conoce a la prima de esta, la misteriosa Ellen Olenska. Ausente de Nueva York durante los años que ha durado un desgraciado matrimonio, Ellen reúne en sí todos los ingredientes: es bella, inteligente, tiene un pasado turbio, se le atribuye una vida en Europa llena de atractivos... Pero su pasado quedará siempre tan oscuro para el lector como para los propios personajes. Es suyo, y eso forma parte de su leyenda.


Inevitable el amor entre Archer y Ellen. Imposible también. Ambos son demasiado honestos, demasiado "neoyorquinos". No pueden contravenir las normas, dañar a la familia, al buen nombre... Y se sacrifican. Y al fina, Archer comprende que todo ha sido en vano, pues mientras ellos se consumían en la inutilidad de una vida frustrada, todo Nueva York (incluida May) estaban convencidos de la existencia y práctica de ese amor, y se confabulan para acabar con él. Eso sí, con los modos más exquisitos, clavando el puñal entre sonrisas y besos traicioneros.


Muy hermosa historia. Muy triste el final. Me gusta sobre todo por la imagen tan pueblerina y cerrada que da de Nueva York, tan diferente a la que tenemos ahora. Es un ambiente tan asfixiante como la Vetusta de Clarín. Hay una tensión amorosa casi tan fuerte como en aquella, también.


En resumen, es una gran novela. Es la segunda vez que la leo y me ha gustado más aún en esta ocasión. Muy bueno también el final: no hay que remover los fantasmas del pasado, no hay que trasplantarlos de su lugar. Conservemos los recuerdos de lo que pudo haber sido y no fue en las oscuras capillas que siempre habitan nuestra mente. Fuera de ahí, todo se desintegraría. Hasta el recuerdo.

domingo, 3 de agosto de 2008

IRLANDA, de Espido Freire

Una chica, en apariencia adolescente pero sin edad definida, pierde a su hermana menor. Sus padres la envían a una casa de campo con sus primos (chico y chica) y un amigo de estos. Allí se quedan solos y la novela recoge todos los ingredientes con los que se podía haber hecho un relato, como poco, interesante: casa vieja, baúles llenos de ropas y trastos antiguos, chicos solos, apariciones y fantasmas, amor y celos, amistad, odio, venganza, muerte... Y sin embargo, lo que resulta es una cosa ambigua, difusa, increíble y totalmente fallida. Una verdadera pena. Yo esperaba algo de Espido Freire, y me ha desengañado del todo. Se pueden tener los ambientes, los objetos, los chispazos, las líneas, por generales que sean, pero si no hay argumento..., todo se viene abajo.

Habrá que darle otra oportunidad a esta autora, pero esta ha sido un extraordinario fracaso.

EL MUNDO VISTO DESDE EL CIELO, de Ángeles Caso

Monólogo ficticio de un pintor a su hija supuestamente adolescente, a la que abandonó cuando apenas era un bebé, porque sentía la necesidad de estar solo para crear. Vueltas y más vueltas acerca de la función del arte y de otros aspectos de la vida pero tratados todos de una forma muy superficial. Desorden cronológico en el que se entremezclan su propio pasado de niño abandonado por una madre a la que no conoció y su presente de padre abandonador. Historia de su amor por Áurea, la madre de su hija, la mujer que abandona todo por su fe ciega en sus posibilidades como pintor.

En conjunto, muy floja novela, muy del tipo intimista pero sin acabar de ahondar en temas que podrían haber sido interesantes pero que se quedan en simples esbozos. Además de las muy reconocibles influencias literarias en algunas frases, hay una cosa que me ha chirriado muchísimo: al estar escrita en primera persona, se nota horrores que la autora es una mujer, y por más que quiera disimularlo haciendo a veces grandes concesiones a un lenguaje sexual explícito, no consigue borrar la imagen de que es una voz femenina lo que oímos, que finge, sin conseguirlo, ser un hombre. Esto distorsiona mucho su lectura.

En conjunto: argumento flojo, personajes superficiales, ausencia de tiempos y espacios reconocibles (o tan genéricos y mal recreados como "París", "Río de Janeiro" o "mi ciudad") en una novela que decepciona. Ángeles Caso sabe hacerlo mucho mejor. Esta, es preferible olvidarla.