jueves, 31 de julio de 2008

LA PRINCESA DE HIELO, de Camilla Läkberg

"Misterios y secretos familiares en una emocionante novela de suspense", dice la portada. Y sí, exactamente eso es. Una apasionante novela de suspense que consigue absolutamente su propósito: enganchar al lector, sumergirlo en la trama, conducirlo a formular hipótesis sobre el presunto asesino, sobre los presuntos móviles, y comprobar al final hasta dónde nos ha tenido despistados la autora.



La acción se desarrolla en un pueblecito costero de Suecia, cerca de Goteborg, donde la protagonista, Erica, una mujer de 35 años que trabaja como escritora de biografías en Estocolmo, regresa para hacerse cargo de la casa de su familia. Sus padres acaban de morir en un accidente de tráfico y ella, bajo las presiones de su hermana y su cuñado, que pretenden vender la hermosa casa familiar, debe poner en orden todas las cosas que los muertos dejan. Pero no le va a resultar tan fácil, pues otra muerte se cruza en su camino: la de su mejor amiga de la infancia, con la que no tiene contacto desde hace 25 años, pero a la que encuentra asesinada en su bañera. A partir de aquí, se desarrolla una apasionante historia que mezcla la investigación policial con la vida privada, el pasado con el presente y un número importante de personajes que se van enredando en una trama verdaderamente muy entretenida. El ritmo es muy sostenido y constante, y no decae ni cuando se centra en la parte puramente privada de los personajes, al margen de la investigación. Consigue además la autora crear un ambiente muy cálido en medio del frío sueco: describe muy bien las casas, las cocinas, las comidas, y hace ver lo bien que se sienten los personajes con los lugares que les son queridos. Eso me ha gustado muchísimo, aparte de la historia en sí.



Puede que quizás al final tengamos la tentación de pensar que algo es exagerado, o traído por los pelos, pero de verdad que se le perdona fácilmente. Me alegro de haber descubierto a esta autora que vuelve a un género tan difícil, por lo desarrollado, sin tratar de salirse de los cánones que impone el género. Sin pretensiones. Esto es una novela policíaca y ya está. Hay crímenes, misterios, asesinos, secretos de familia... Si además resulta que hay amores y otros temas secundarios, pues bien venidos sean, porque no resultan postizos. Les dedica el espacio que les debe dedicar, sin más. Ha conseguido muy bien dar el tiempo y el espacio necesarios para cada ámbito de la historia. Y así se puede afirmar que las últimas 150 páginas se devoran, buscando ya la resolución a tanta incógnita.



Me alegro de saber que hay una continuación, "Los gritos del pasado". Aunque no sé si Erica, Patrik y sobre todo el pequeño pueblo de Fjällbacka darán para mucho. Pero de momento, se merece que le demos una oportunidad.



Muy recomendable para quien quiera recuperar el placer de una buena historia, muy bien contada. Puede ser aconsejable para alumnos a partir de 4º de ESO.

miércoles, 23 de julio de 2008

NOCTURNO INDIO, de Antonio Tabucchi

"Pero esto no es una novela, es un trozo aquí y otro allá, no hay ni siquiera una verdadera historia. Son sólo fragmentos de una historia." Esto es lo que dice uno de los personajes de esta novela cuando, ya cerca del final, habla sobre la misma novela a la que ella pertenece (¡uf, la metaliteratura, cuánto juego dio hace algún tiempo!). Señal de que el autor no tenía la conciencia demasiado tranquila con su historia.


Y, desde luego, motivos no le faltaban para preocuparse, porque de verdad que esto no es una novela, son pequeños fragmentos sin apenas relación entre sí. La base es la siguiente: un hombre del que desconocemos todo va a India a buscar a un amigo del que sólo sabemos el nombre y que lleva más de un año desaparecido. Ya está. Y como tiene que buscar, habla en cada capítulo con un personaje diferente en un espacio (con predominio de hoteles de todas las categorías) distinto. Fin. Ni siquiera te da una imagen sobre la India, ni hay una conclusión, ni nada que te haga creer al acabar que has leído algo que merecía la pena. Tabucchi dice al final de su obra que "la historia está fuera de los márgenes". Bueno, pero eso podía haberlo dicho antes y nos hubiéramos ahorrado las horas perdidas leyendo nada, esa serie de fragmentos dispersos que no te llevan a ningún sitio.


En fin, un desastre. Me la salva que la he leído en italiano (de ahí que no esté muy segura de que su título en español sea ese, si es que está traducida, que tampoco lo sé). Pero nada más. Menos mal que es corta. ¡A por otra!

lunes, 21 de julio de 2008

LA AMABA, de Anna Gavalda

21 de julio de 2008
He leído esta novela en apenas 24 horas. Bien es verdad que sólo tiene 189 páginas, pero me ha encantado. Había oído hablar de Anna Gavalda como la escritora revelación francesa y tenía ganas de leer algo suyo. Ayer encontré esta novelita y literalmente la he devorado.
El argumento es simple. Pocos personajes, espacio cerrado. Tampoco es que tenga una gran trama narrativa. La historia se limita al diálogo entre una mujer joven, madre de dos niñas y recién abandonada por su marido, y su suegro, con el que, en principio, no le une una relación especialmente estrecha. Al contrario, durante toda la novela ella piensa de él que es un "viejo cretino", y se lo dice infinidad de veces, incluso cuando adivinamos que ya no lo piensa de verdad. El suegro, Pierre, al conocer el abandono de su hijo, recoge a su nuera y a las niñas y las lleva a pasar unos días en una casa de campo de la familia. Y allí hablan. Primero más ella, y luego sobre todo él, desmontándole todas las ideas preconcebidas que sobre él ella había fabricado.
El tiempo real se limita a dos o tres días, pero el tiempo de la narración abarca varios años, así como los espacios. La historia de Pierre abre el horizonte cerrado de la casa, al mismo tiempo que nos abre los ojos hacia una realidad bastante ignorada: las personas mayores también tienen un pasado. No son sólo el padre o el abuelo de alguien. Han vivido, han tenido amores, sufrimientos, dudas, debilidades... Y nos hacen comprender que nada es nuevo y que ninguno de nosotros somos el centro del universo.
Es una hermosa novela sobre el amor, sobre el sentido de la responsabilidad, sobre la búsqueda de la felicidad, sobre la cobardía, sobre la renuncia... Sobre la duda que nos plantea el hecho mismo de vivir. La he leído sin darme tiempo a reflexionar, porque quería conocer el resto de la historia, pero convencida de que tendría que releerla (lo cual, dicho sea de paso, será un placer), muy pronto y más de una vez. Hay muchas frases en esta novela que merecen ser meditadas, pero no he tenido la precaución de anotarlas. ¡Qué gran excusa para retomarla muy pronto!
Promete esta Anna Gavalda. Volveré a leer más cosas de ella. La recomiendo a cualquiera que esté interesado por la vida.