miércoles, 23 de julio de 2008

NOCTURNO INDIO, de Antonio Tabucchi

"Pero esto no es una novela, es un trozo aquí y otro allá, no hay ni siquiera una verdadera historia. Son sólo fragmentos de una historia." Esto es lo que dice uno de los personajes de esta novela cuando, ya cerca del final, habla sobre la misma novela a la que ella pertenece (¡uf, la metaliteratura, cuánto juego dio hace algún tiempo!). Señal de que el autor no tenía la conciencia demasiado tranquila con su historia.


Y, desde luego, motivos no le faltaban para preocuparse, porque de verdad que esto no es una novela, son pequeños fragmentos sin apenas relación entre sí. La base es la siguiente: un hombre del que desconocemos todo va a India a buscar a un amigo del que sólo sabemos el nombre y que lleva más de un año desaparecido. Ya está. Y como tiene que buscar, habla en cada capítulo con un personaje diferente en un espacio (con predominio de hoteles de todas las categorías) distinto. Fin. Ni siquiera te da una imagen sobre la India, ni hay una conclusión, ni nada que te haga creer al acabar que has leído algo que merecía la pena. Tabucchi dice al final de su obra que "la historia está fuera de los márgenes". Bueno, pero eso podía haberlo dicho antes y nos hubiéramos ahorrado las horas perdidas leyendo nada, esa serie de fragmentos dispersos que no te llevan a ningún sitio.


En fin, un desastre. Me la salva que la he leído en italiano (de ahí que no esté muy segura de que su título en español sea ese, si es que está traducida, que tampoco lo sé). Pero nada más. Menos mal que es corta. ¡A por otra!

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