miércoles, 13 de mayo de 2009

LA CULTURA


De Dietrich Schwanitz.
Lo que me ha pasado con este libro no tiene nombre. Me lo compré con toda la ilusión, pensando que iba a ser la clave para conocer no "todo lo que hay que saber", como dice su subtítulo, sino todo lo que no sé. Me explico. No pensaba que leyendo ese libro fuera a llenar todas mis lagunas, sino que lo que me iba a dar era únicamente la magnitud aproximada de mi desconocimiento. Creía que acercándome a esta breve fuente del saber llegaría a tener una idea sobre cuáles son las cosas fundamentales sobre las que tendría que saber algo.
La idea era buena, y el libro también. Dividido en varios apartados (historia, literatura, arte, música, filosofía y ciencia), te da una visión muy general pero bastante exacta sobre los hechos culturales más significativos desde la óptica de un europeo (él peca un poco de excesiva atención a Alemania, su patria, pero lo hace con tanto humor y distanciamiento que se le perdona, que consigue hacerlo interesante incluso para los no alemanes). Está bien escrito, es ameno, no cae en la erudición apabullante, pero al mismo tiempo es riguroso y certero. Apenas da nada por supuesto, pero tampoco cae en la condescendencia. Sobre esto es sobre lo que deberías saber algo: yo te doy unas mínimas bases; ahora tú te buscas el resto. Esa es la postura del autor, y me gusta y la aplaudo.
¿Dónde está mi chasco, entonces, si el libro responde exactamente a lo que se espera de él? Pues en mí misma, en lo desolador que resulta comprobar que YA HABÍA LEÍDO ESTE LIBRO, y no solo es que no he ampliado nada sobre ninguno de los temas propuestos, sino que no recordaba nada de lo que se expone en él. Ni siquiera recordaba haberlo leído, ni haberlo comprado. Y aquí está, tan mono, por duplicado en mi estantería. Me di cuenta de que ya lo había leído por alguna anécdota, por algún comentario, por cuestiones sin duda superficiales, pero no porque hubiera memorizado ninguno de los temas esenciales que se abordan en el libro.
En conclusión, que es muy triste leer un libro sobre la cultura sabiendo que no se va a recordar nada sobre él una vez finalizado. Leer sin esperanzas de aprender ni patata, eso es lo que he hecho. Y si eso es preocupante con cualquier libro, con este, dada su temática y las expectativas que yo albergaba hacia su lectura, ni te cuento. ¡Qué desilusión!
Un gran libro que (una vez tras otra) cae en mí como en un saco roto. Triste y más que triste.

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