viernes, 9 de enero de 2009

LOS GIRASOLES CIEGOS, de Alberto Méndez


Y va y ésta, que la cogía con toda la desconfianza del mundo y porque me la dejó una amiga y me sabía mal hacerle un feo, me ha gustado. Bien, sorpresas de este tipo valen la pena.
La primera sorpresa con este libro es que no es una novela, sino una colección de cuatro cuentos con un mismo tema: los derrotados de la guerra civil. Pero, pese a lo que pudiera parecer (y parecía), no aborda el asunto desde el típico punto de vista maniqueo que tanta agonía da. No, para este autor, recientemente fallecido, los derrotados de la guerra fueron todos, y todos, cada uno desde su particular y bastante original óptica, tiene un pasado y un presente bien amargos para digerir. Por lo menos, se sale de lo esperado.
De los cuatro cuentos, me han gustado particularmente dos: la "Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido" y la "Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos". La primera narra la desgarradora aventura de un hombre refugiado en medio del monte con su hijo recién nacido y con el cadáver de su esposa muerta en el parto. Fuerte el tema, pero narrado con una dulzura estremecedora. El segundo relato es el que han tomado para hacer la película del mismo título, y aunque ya se sabe el argumento y es muy fácil adivinar el final, se lee bien. No es morboso, no se entretiene en la lucha y el tormento del cura que se siente atraído, se obsesiona y enloquece por la madre de un alumno que tiene a su padre escondido en casa. No, afortunadamente también en este caso consigue escapar del tópico de la sexualidad reprimida, lo cual es muy de agradecer. Le ayuda también a evitar lo previsible el hecho de que alternan tres narradores: el sacerdote, en una carta a su confesor; el niño desde la edad adulta (lo cual le distancia de los acontecimientos y evita mucho el patetismo) y un narrador en tercera persona que tampoco exagera las tintas. Una vez más, la historia es trágica, pero ni se aborda desde un punto de vista maniqueo ni se recrea en la desesperación. Consigue un tono que dudo mucho que le hayan sabido dar a la película, aunque tampoco lo puedo garantizar porque ni la he visto ni creo que la vea.
En conjunto, un buen libro, que se lee en un par de tardes. Recomendable.

No hay comentarios: