jueves, 26 de marzo de 2009

BREVE HISTORIA DE LA CULTURA EN ESPAÑA

















De Fernando García de Cortázar.
No puede ser: leyendo tres libros al mismo tiempo no me cunde, me disperso y, lo que es peor, me estreso sin ninguna necesidad. Quiero leer en italiano porque lo necesito para el examen, pero quiero seguir leyendo en castellano por placer, y además no quiero sólo leer novela, sino también historia, biografías, arte... Por no hablar del olvidado ámbito de la literatura juvenil, que también lo tengo ahí como una losa.
Así es que he decidido despejar. Desde Reyes estaba liada con este volumen de Cortázar, que sinceramente no es lo que me había imaginado. Es un recorrido por la historia cultural de España centrando cada momento histórico en la ciudad que mejor lo representa. Dicho así, suena fenomenal. Empieza por Santiago para la Edad Media y acaba en Valencia como máximo exponente del futuro. Muy bien. Y podría haber sido un libro muy bueno, interesante y útil si el señor Cortázar (a quien por otros trabajos tanto admiro) hubiera andado un poco más a ras de tierra. Pero no: le ha perdido el lirismo del que, también es verdad, ya apuntaba maneras en libros anteriores.
La cosa es que yo no sé en quién pensaba cuando escribió esto, si es que pensaba en alguien. A ver, o es que su lector ideal es un compendio de todos los conocimientos del mundo, o es que sólo ha escrito para sí mismo. O también pudiera ser que le hubiera cegado el deseo de exhibirse, cosa que no acabo de creerme: no tiene ninguna necesidad.
Pero el resultado es un libro demasiado disperso, incluso diría frívolo o superficial dentro de un excesivo deseo de profundidad. No conecta. El lector (al menos yo, claro) tiene la sensación de que el autor le ignora. Ya digo, de que no es el lector correcto o que el autor ha pasado de él. Se dan demasiados datos por sabidos, se va demasiado por el lirismo fácil, por la erudición superflua, y al final acaba uno teniendo la sensación de que no le han contado nada que no supiera. Y, lo que es peor, que ni siquiera le han aumentado las ganas de aprender algo o de viajar a algún lugar concreto.
Una verdadera lástima, porque se ha desaprovechado una magnífica ocasión para, al menos, potenciar la curiosidad de los lectores. Pero ni eso. Qué pena.

No hay comentarios: